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Arquitectos: andreaponsarquitectura
- Área: 195 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Mariela Apollonio
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Proveedores: FLOS, BPM Lighting, Ceramica A Mano Alzada, Technal, Topciment, Water Evolution
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El diseño de la vivienda viene condicionado por su entorno más inmediato. Situada en una zona residencial de alta densidad y rodeada de parcelas con viviendas muy cercanas; el primer impulso que surge, es el de crear una especie de fortaleza, para proteger la privacidad de los habitantes.
El inicio del proyecto, nace de este deseo de pasar desapercibido. Se parte de una figura tan básica y simple como la del cubo, a modo de caja ubicada en nuestra parcela, y desde su interior se va observando lo que ocurre a su alrededor para decidir, que es aquello que vamos a dejar penetrar en nuestra caja (es decir, nuestra vivienda) y aquello que no dejaremos entrar. Se pretende crear la sensación de un cubo cerrado, casi hermético, que te sorprenda,y una vez en el interior evoque justamente la sensación opuesta, la de amplitud, luminosidad y relación con el exterior.
El alzado norte constituye la fachada principal de la vivienda, es una fachada muy expuesta al exterior, y nos servimos de un recurso tradicional de la arquitectura mediterránea para generar una fachada perforada que nos permita “ver, sin ser vistos”. Utilizamos una pieza de celosía cerámica producida en la zona, creando una composición de fachada que a su vez nos aporta unos interesantes juegos de luces y sombras cuando la luz atraviesa esta fachada de celosía, que además va cambiando según la época del año y la posición del sol.
Una vez atraviesas la puerta de acceso, tamizada por este muro de celosía, nos adentramos en un espacio interior muy luminoso, con un fondo de perspectiva que nos lleva a un gran ventanal, con un patio trasero de cuidada vegetación. La posición de cada una de las ventanas de la vivienda está minuciosamente meditada y fue adaptándose a medida que la obra avanzaba, para controlar muy bien las visuales desde el interior. Nos hemos servido de la vegetación, como un recurso más de la arquitectura, para hacer desaparecer de nuestras visuales interiores los elementos del entorno que no nos interesaban.
La materialidad del proyecto busca la línea de una vivienda construida con materiales sinceros, naturales y que puedan envejecer bien sin necesidad de excesivo mantenimiento. Materiales como mortero de cal en fachada, piezas cerámicas con tonalidad natural y suelos de cemento fratasado, contribuyen a construir esta atmósfera deseada. La elección de estos materiales, implica a menudo, valorar la imperfección y la irregularidad, pero forman parte de la belleza de la naturalidad de la vivienda.
En planta primera se ubican los dormitorios, abrazando un “patio en altura” que no es más que una terraza cuyos límites se elevan a modo de muros, para aportarnos privacidad con respecto a las viviendas colindantes. De este gesto, surge un espacio de terraza privada, cuyo muro es perforado estratégicamente en el lugar en el que, de algún modo, borramos del paisaje todo aquello que nos molesta, y abrimos una ventana a la montaña, y a las vistas nobles del entorno.